Para evadir posibles problemas penales, la Expo Sexo y Erotismo no desarrollará “eventos extremos” –como exhibición de sexo en público o bailarinas de table dance–, en tanto que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGDF) dispondrá de un escenario en el que informará sobre trata de personas y explotación sexual, confirmó hoy el promotor Fernando Deira.
En principio, la Expo estaba prevista para inicios de marzo, pero fue cancelada de último momento a raíz de una declaración de la fiscal Juana Castilla Bautista Rebollar, en la que insinuó que la Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar el Delito de Trata de Personas podría aplicarse en ciertos casos de exhibición sexual.
“Preferimos detener el evento y sentarnos con la Procuraduría, para que nos conozcan”, explicó Deira, quien añade que “les enseñemos la lista de actividades para que dieran su visto bueno”. También estimó que el evento generará unos 3 millones de pesos de ganancias.
Los hombres y mujeres que forman parte del evento, señaló a Apro, presentarán “espectáculos eróticos” y no participarán en actividades sexuales, no obstante, los asistentes podrán llevarse a su casa las fotos que logren captar.
“Para el público, las actrices son como amigas íntimas, porque las ven cada noche en la pantalla; se convierten en su fantasía”, narró. Y precisó: “(El evento) es la única oportunidad de tomarse una foto con una mujer semidesnuda”.
El productor y director de películas pornográficas lamentó que en México, a diferencia de Europa, no fuera permitido exhibir escenas de sexo en vivo, pese a que “el público mexicano está listo” para ello.
Y deslindó: “En México existe una cultura erótica muy rica que se está desarrollando, pero es necesario traspasar los prejuicios”.
Tabú
Cuando llegó a México hace seis años, la argentina Celeste Cruz tuvo dificultades para acercarse a la industria pornográfica, debido al tabú que rodea la profesión en toda Latinoamérica.
“Somos muy pocos los que trabajamos en el porno, mucha gente no quiere enseñar su rostro”, explica a Apro, al tiempo que asegura que esta práctica “es un entretenimiento que miran hombres y mujeres, aunque no lo admitan”.
La actriz de “películas para adultos” –de cabellera rubia artificial y lentes de contacto azules– asegura que existe en México una gran demanda por actores, pero escasez de éstos.
“La gente se pregunta cómo van a reaccionar sus familiares; lo consideran como algo malo”, revela y añade que en la mente de muchas personas “existe una línea muy delgada que separa la pornografía de la prostitución y la trata”.
Apro le pregunta sobre las condiciones laborales en esa industria, y ella detalla que los productores de películas pornográficas envían un correo en el que enumeran las diferentes prácticas sexuales que deben cumplir.
Cada actor informa de las prácticas que acepte realizar, lo que determina su remuneración. “Si hago algo más extremo, gano más”, admite. Sus ingresos oscilan entre 600 y mil dólares por video, cuya grabación puede durar hasta cinco horas.
“Creo que existen cosas más complicadas, como aceptar en una oficina que el jefe te manosee”, aclara.
“El sueldo también depende de tu aspecto físico”, comparte la actriz, vestida sólo con ropa interior durante la rueda de prensa, tal como las demás chicas que la rodean en la promoción del evento.
Luego asevera que gracias a Internet, y sobre todo a las redes sociales, cuenta ahora con cientos de seguidores, así como muchos suscriptores, quienes acceden a los contenidos disponibles en su página.
“En Twitter hay de todo, desde el morboso que te manda la foto, hasta las personas que te adoran”, explica. Y añade: “A mí me sirve que me quieran y que compren mis cosas”.
–¿Las mujeres también le mandan correos?
–Sí. Me dicen: ‘Quiero ser como vos’.
Fuente: Proceso
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