Los traseros prominentes están de moda, una nueva vertiente en la industria que puso de relieve, y de qué forma, la ceremonia de entrega de premios a los mejores vídeos musicales de la cadena MTV.
Entre Beyoncé y Nicki Minaj se repartieron la gloria en ese aspecto, una por menear posaderas en el número más esperado de la noche, "Anaconda", y la otra por tirar de curvas en la mejor presentación de la velada antes de recibir el galardón más importante, el Michael Jackson Video Vanguard Award.
Beyoncé se dio un gran baño de masas, rodeada de su marido, Jay Z, y de su hija, Blue Ivy, brillando con un popurrí de su último disco y manteniéndose durante muchos minutos sobre el escenario del Forum de Inglewood, la sede elegida para la ceremonia de este año.
Minaj, por su parte, puso la nota erótica, casi obligatoria después de la que montó el año pasado Miley Cyrus con su despliegue lascivo junto a Robin Thicke, interpretando Blurred Lines. Pero la cosa no tuvo el picante ni la repercusión de aquella actuación, con la sola duda de si a la cantante de Trinidad y Tobago le falló el vestuario pocos minutos después, cuando se unió a Adriana Grande y a Jessie J. en 'Bang Bang', sujetándose un vestido negro que parecía estar demasiada abierto.
Poco después de ese comentado momento, comenzó el reparto de premios. Kate Perry se llevó el mejor vídeo en categoría femenina por 'Darkhorse, mientras que Ed Sheeran se llevó el de categoría masculina. Grande se alzó con el mejor vídeo pop por 'Problem' y el conjunto Fifth Armony se hizo con el vídeo del artista a seguir.
En categoría de hip-hop, se impuso el trabajo de Drake por su tema 'Hold On (We're Going Home)' y Lorde dio la sorpresa de la noche al hacerse con el mejor vídeo de rock pese a no moverse en esos registros de forma habitual. Su tema 'Royals' fue el ganador.
El mundo del cine también estuvo presente con un dúo de comediantes como Jim Carrey y Jeff Daniels, que pronto presentarán la segunda parte de 'Dos tontos muy tontos', y que aprovecharon la atención para ir calentando la taquilla. Fueron los encargados de darle el premio a Ariana Grande como mejor vídeo pop.
También hubo espacio para el recuerdo por la figura de Robin Williams, uno de los momentos más sentimentales de la noche. Por lo demás, la gala fue bastante más moderada que la de 2013, para regocijo de Miley Cyrus, presente en la grada y segura de no haber contemplado nada tan escandaloso como su número del año pasado.
Y no fue por falta de nombres conocidos. En ese aspecto, no hay duda de que la industria de la música goza de una salud envidiable, aunque las ventas no acompañen como antes. Por el escenario desfilaron artistas como Usher, Taylor Swift y Sam Smith, con toda la parafernalia para hacer vibrar al personal, que pareció disfrutar de la enésima gala de premios en Los Ángeles.
Fuente: El Mundo
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